• Menos conflicto y problemas con sus hijos. 
  • Mayor sentido de empoderamiento o eficacia para satisfacer las necesidades de sus hijos (“Realmente puedo tener un impacto positivo en cómo se siente y actúa mi hijo”). 
  • Mayor sentido de coherencia al reflexionar sobre la relación (“Cuando se trata de criar a mi hijo, las cosas realmente tienen sentido”). 
  • Aumento de la experiencia de comodidad, facilidad y sentimiento positivo en la crianza de los hijos. 
  • Menos atribuciones negativas con respecto a las motivaciones de sus hijos. 
  • Mayor sentido de conexión con sus hijos.